Las remuneraciones mediante comisiones son una forma utilizada por las empresas para incentivar a sus empleados, de modo que, la consecución de ciertos objetivos les proporciona unos incrementos salariales suficientemente atractivos como para aumentar su productividad.
Es común también entre empresas la existencia de comisiones por acuerdos o convenios que posibiliten el provecho mutuo en un trabajo concreto, es decir, empresas que colaboran para beneficiarse de la convergencia de sus negocios.
A priori, ésta práctica no entraña ninguna ilegalidad, siempre y cuando las empresas declaren debidamente estos flujos de dinero, pero cuando nos introducimos en el sector de las comunidades de propietarios, podemos toparnos con ciertas irregularidades que desgraciadamente constituyen una práctica más que habitual entre los propios administradores de fincas. Nos referimos a las comisiones ocultas.
En las comunidades de propietarios pueden trabajar empresas de mantenimiento de ascensores, servicios de limpieza o jardinería, empresas de construcción y reformas, electricistas, fontaneros, etc. Todos ellos ven en las comunidades de vecinos una muy buena oportunidad de negocio y su interés en ellas es lo que ha hecho florecer el mundo de las comisiones ocultas.
Por todos es sabido, aunque nadie lo reconozca abiertamente, que muchos administradores, a sabiendas del interés de los proveedores, pactan comisiones por la entrada en una comunidad. Por ejemplo, el administrador que ofrece a una empresa de reformas la posibilidad de realizar varios trabajos en un edificio a cambio de una comisión que no irá reflejada en el presupuesto y de la que los propios vecinos no han de tener conocimiento. El administrador sólo tendrá que maquillar los presupuestos y recomendar a los propietarios la contratación de la empresa o empresas que a él le interese y recoger el beneficio de la manipulada decisión de los vecinos que creen haber tomado objetivamente.
Por su parte, las empresas suelen aceptar estas comisiones ya que el rendimiento que obtienen por la contratación es mayor que el pago de dicha comisión y que, en caso contrario, no tendrían la opción de conseguir.
No hace falta aclarar que el administrador se lucra de manera ilícita a costa de sus propios clientes, que son los únicos perjudicados.
Desde Comunadis, queremos denunciar abiertamente este tipo de prácticas dando ejemplo de transparencia y honradez, e invitando a los propietarios a que examinen de cerca todas y cada una de las actuaciones que tengan lugar en sus comunidades con el fin de acabar con esta lacra social que es el fraude y la corrupción.
Enhorabuena por el articulo. Es una mala práctica que merece la denuncia por vecinos e incluso de profesionales que lo conozcan. El tema de probarlo es más difícil. Al final, con esas prácticas se puerjudican ellos y nos perjudican a los demás. Es mejor juego limpio y a trabajar todos con transparencia!! Por estas cosas son por las que nos comparamos y nos comparan con otros países de forma negativa…